Un hombre de cine. Tedy Villalba es un «imprescindible». Los estudiosos del cine que estén interesados en saber qué ocurría en España en el ambiente cinematográfico de la segunda mitad del siglo XX y los comienzos del XXI, se encontrarán con él en uno u otro momento. Nació en un estudio de cine y dedicó su vida al arte de hacer películas. Se inició con su padre en los estudios de Aranjuez, Chamartín y Sevilla Films, participó en casi todas las grandes superproducciones que se rodaron en nuestro país: Alejandro Magno, Orgullo y pasión, Espartacus, fue pieza clave en el equipo de Samuel Bronston interviniendo en Rey de Reyes, El Cid, La caída del Imperio Romano, 55 días en Pekín, El fabuloso mundo del circo… Y también en Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, Patton, La Gran Esperanza Blanca… Trató de cerca a Ernest Hemingway, trabó amistad con mitos tan inalcanzables como Orson Wells, Frank Sinatra, Ava Gardner, Yul Brinner… Creó su propia productora que fue de gran ayuda en los inicios de cineastas como Pedro Almodóvar.
Alma y vigía de la Academia de Cine y Gerente de la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid, a punto estuvo de conseguir que esos grandes estudios de cine que se fueron a Alicante se quedaran en Madrid. Sin duda, Tedy llevaba el celuloide en la sangre. Siempre se sintió orgulloso de pertenecer a la familia del cine.