El Caballero del Santo Sepulcro parte de la siguiente pregunta: ¿cómo te las apañas para ganarte la aprobación de tu suegro cuando es el Caudillo de España por la gracia de Dios? El joven marqués de Villaverde, casado con la única hija de Franco y ordenado Caballero del Santo Sepulcro, se considera llamado a realizar grandes proezas a mayor gloria de su país. Pero el dictador no se siente especialmente impresionado: todos los empeños del yerno para demostrar su valía no le merecen más que comentarios sarcásticos. Tras décadas de menosprecio y maniobras frustradas, el destino ofrece al marqués una última oportunidad: si, como cardiólogo, consigue prolongar durante unos días la agonía del dictador moribundo, podrá controlar la sucesión y manejar los hilos del gobierno.
Lo que comenzó como cuento infantil se ha convertido gradualmente en una historia de terror: el Palacio del Pardo, envuelto en sombras, es como una mansión embrujada por la que pululan una momia, el dictador enfermo agarrado a sus reliquias putrefactas de santos, y un fantasma, doña Carmen, que se aparece repentinamente por los pasillos con su pavorosa sonrisa de hielo. Durante las últimas semanas de agonía del dictador, el marqués pone en marcha su plan definitivo para gobernar entre bambalinas los destinos de la nación y evitar la transición a la democracia. Y así, por fin, en una última noche interminable, sostiene en las manos el corazón de su suegro y el destino de la nación.